EL TEATRO INFANTIL COMO ESTRATEGIA PEDAGÓGICA

En octubre de 2015, los fundadores del Centro de Desarrollo Infantil Atenea publicaron un libro titulado El teatro infantil como estrategia educomunicacional, en el que plasman todas sus ideas y aprendizajes de más de diez años sobre temas metodológicos de trabajo con niños de cero a seis años y su propuesta sobre la eficacia del teatro en el proceso de aprendizaje infantil, mismo que es uno de pilares de Atenea. A continuación presentamos una serie de cuatro partes con fragmentos de este libro. (1/4)

¿Son posibles modelos educativos que propicien la creatividad, la solidaridad, el trabajo en equipo, alto manejo del lenguaje, destrezas lógico matemáticas, alcanzando al mismo tiempo altos niveles de exigencia académica?

Desde una mirada educomunicacional y pedagógica, cuáles son las contribuciones del teatro, como estrategia formativa ligada con el desarrollo de la memoria, el aprendizaje, el lenguaje, la creatividad, el pensamiento, para desarrollar el pensamiento creativo, la corporalidad y motricidad, para que los niños y niñas tengan más oportunidades de asumir un papel protagonista y activo en la construcción de sus vidas.

Todos los campos de desarrollo de los niños y niñas están interrelacionados, cada uno incide en el otro. El ser humano es un ser, al menos, bio-psico- socio-cultural. Es una unidad indisoluble, como lo describe Piaget (Piaget, 1984), una unidad de funcionamiento, que une todas las reacciones del sujeto en cualquier manifestación: lúdica, cognoscitiva, afectiva, social e incluso moral. Solamente por razones pedagógicas y de análisis y reflexión es posible separar los ámbitos que intervienen en el proceso de desarrollo humano.

Vinculando educación y comunicación, educación y arte, la corporalidad como parte del desarrollo infantil y su incidencia en la puesta en escena del teatro como estrategia pedagógica es posible caracteriza los aportes del teatro en relación al movimiento corporal, ritmo y nociones espaciales, como elementos de formación de los niños y niñas. Y a partir de esta experiencia sistematizar los procesos didácticos de una estrategia educativa de Teatro infantil.

La estrategia pedagógica teatral también se alimenta de la propuesta de Vigotsky (El desarrollo de los procesos psicológicos superiores, 1979) quien considera que los niños aprenden a través de la interacción social, que adquieren habilidades cognitivas mediante la relación activa con el entorno.

Se pone a disposición los aportes de la estrategia pedagógica teatral que mejoran la motricidad y corporalidad infantil, el control sobre su propio cuerpo y con ello la motricidad gruesa, que está referida a la coordinación de movimientos amplios como rodar, saltar, caminar correr, bailar, etc., y la motricidad fina, que implica movimientos de mayor precisión, requeridos en tareas donde se maneja de manera simultánea el ojo y la mano, como trozar, pintar, colorear, enhebrar, dibujar, escribir. También aporta de manera fundamental al desarrollo temprano de la inteligencia.

Por ello la importancia de socializar la validez de esta experiencia pedagógica y sus elementos innovadores al diseño curricular de los centros infantiles a nivel local, concretar los aportes de la metodología del arte en la formación pre escolar de niñas y niños de 3 a 5 años de edad, sistematizar elementos para el diseño curricular de los centros infantiles que tengan intereses académicos coincidentes, que consideren que uno de los ejes transversales es el arte, ampliar el soporte teórico y propuestas de aplicación que alimenten y fortalezcan el trabajo académico en esta dirección, implementarlo también en escuelas básicas y de bachillerato; y finalmente, concienciar, sobre todo en educadores y educadoras, que se debe visualizar a los educandos con otras miradas, las de los nuevos paradigmas de la modernidad, la globalización, educación activa, socialización a temprana edad, personas con derechos, visibles al mundo, porque cada vez es más evidente el enorme potencial que tienen.

Este trabajo comparte el enfoque de la complejidad que permite valorar los distintos tipos de conocimiento definiendo la realidad como “una nueva cosmovisión, donde nociones como integralidad, sensibilidad a las condiciones iniciales, inestabilidad, incertidumbre, caos, fluctuaciones, turbulencias, auto organización, estructuras disipativas, azar, indeterminismo, fractalidad, etc. se manifiestan de manera conjunta y sin oposición a criterios como orden, determinismo, estabilidad, causalidad, linealidad o previsibilidad.” (Bernal, 2010, págs. 50-51)